Livestock Research for Rural Development 19 (12) 2007 Guide for preparation of papers LRRD News

Citation of this paper

Evaluación agronómica de la yuca (Manihot esculenta Crantz) cultivada en el Valle del Sinú, Colombia

D M Bolívar y S J Molina

Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Ciencias Agropecuarias
Grupo de Investigación en Biotecnología Ruminal y Silvopastoreo-BIORUM-, AA 586, Medellín,Colombia
dmboliva@unalmed.edu.co   ;   biorum@unalmed.edu.co

Resumen

En la actualidad el follaje de la yuca se ha convertido en un recurso de gran interés para la utilización en la alimentación animal, debido a su alta producción y al contenido de proteína de sus hojas. Sin embargo, se tienen algunos cuestionamientos sobre cual es el manejo agronómico que se le debe dar al cultivo como forrajero. Por esta razón, se estableció un área experimental en una zona de vida en transición entre bosque húmedo y bosque seco tropical, con suelos de buena fertilidad. Se evaluó el comportamiento agronómico durante la fase de establecimiento y por dos ciclos de producción, a la variedad de yuca CG1141-1. Se compararon tres sistemas de siembra, tallos inclinados con estacas de 15cm (TI), chorro continuo con estacas de 15cm (CC1) y chorro continuo con estacas de 45cm (CC2). Durante la fase de establecimiento, se evaluaron el número de rebrotes por metro lineal y la altura a los 15, 30, 45 y 60 días. En la fase de producción se evaluaron número de plantas/m, producción de forraje, altura y proporción de las diferentes fracciones a  cuatro edades de corte (75, 85, 95 y 105 días), durante dos ciclos de producción. Se utilizó un diseño completamente al azar (DCA) con un arreglo de parcelas divididas con tres repeticiones cada uno, donde la parcela grande fue el sistema de siembra y la subparcela fue la edad de medición.

 

Se encontró un efecto significativo tanto del sistema de siembra, la edad, como la interacción sistema*edad para el número de plantas durante la fase de establecimiento; observándose una disminución generalizada a medida que se incrementaba la edad en todos los sistemas de siembra, siendo más drástica en el sistema de TI. Sin embargo, este sistema de siembra presentó un mayor número de plantas por metro (10.5), con relación a 7.3 y 6.0 para  CC1 y CC2 respectivamente. La altura incrementó con la edad, obteniéndose promedios de 8.49, 24.3, 60.7 y 115 cm a los 15, 30, 45 y 60 días, mientras que el sistema de siembra no tuvo efecto significativo en esta variable.

 

Durante el período de producción, el sistema de siembra no tuvo ningún efecto sobre las variables evaluadas, por el contrario la edad influyó significativamente sobre todas las variables a excepción del número de plantas por metro. Se obtuvo un promedio de producción de FV y MS por hectárea por corte de 19.5 y 4.01, 25.68 y 5.99, 29.6 y 6.34, 25.8 y 6.25 toneladas/ha a los 75, 85, 95 y 105 días de corte respectivamente. Durante el primer ciclo la producción de MS y FV aumentó de manera lineal, mientras que en el segundo ciclo presentó un descenso en la producción a partir de los 95 días. El número de plantas por metro lineal no fue afectado por el sistema de siembra y la edad, encontrándose un promedio 8.23 plantas/m, el cual corresponde a una densidad de 109733 plantas/ha. La proporción de tallos aumentó, mientras que la de hojas y pecíolos disminuyó a medida que se incrementó la edad de corte. 

Palabras claves: altura, chorro continuo, establecimiento, producción de forraje, sistemas de siembra, tallos inclinados



Agronomic evaluation of cassava (Manihot esculenta Crantz) cultivated in the Sinú Valley, Colombia

Abstract

Nowadays cassava forage is a resource of great interest for utilization in animal feeding, due to the high production and to the protein content in the leaves. Moreover, there are some questions about which is the appropriate agronomic management for the crop as forage. For this reason, d an experimental area was established in transition zone between humid forest and tropical dry forest, on soils with good fertility. The agronomic performance was evaluated during the establishment period and in two production cycles, using the cassava variety CG1141-1. Three sowing systems were compared: inclined stakes of 15 cm (TS), continuous row with stakes of 15 cm (CS1) and continuous row with stakes of 45 cm (CS2).  During the establishment period the number of shoots were evaluated sprouts n a linear meter and the height of the plants at 15, 30, 45 ad 60 days. During the production period the evaluation was: the number of plants /m, the production of forage, the height and the proportion of the different fractions of the plants in four ages of cuttinng (75, 85, 95 and 105 days); during two production periods. The design was a randomized split plot (DCR) with, with three repetitions. The main plots were the sowing system and the split plots  the age of the plants at the time of measurement.

 

There were significant effects of both sowing system and age, and in the interaction system*age for the number of plants during the establishment period; showing a general decrease with increasing age especially for the TS system. The TS sowing system had a higher number of plants per metre (10.5), compared with 7.3 and 6.0 for CS1 and CS2, respectively. The plant height increased with the age, observing means of 8.49, 24.3, 60.7 and 115 cm at 15, 30, 45 and 60 days; the sowing system had no significant effect on this variable.

 

During the production period, the sowing system had no effect on the evaluated variables. On the contrary, the age influenced significantly all the variables except for the number of plants per metre. The means of production of green forage (GF) and dry matter (DM) were 19.5 and 4.01, 25.7 and 5.99; 29.6 and 6.34; 25.8 and 6.25 toneladasnes/ha at 75, 85, 95 and 105 days of cutting,  respectively. During the first production period the production of DM and GF increased in linearly, whereas during the second period there was a decrease in the production after 95 days. The number of plants per linear metre was not affected by the sowing system or the age, with a mean of 8.23 plants/m, which corresponded to a density of 109733 plants/ha. The proportion of stems increased, whereas the proportion of leaves and petioles decreased when the age of cutting was increased. The mean values observed during the two production cycles were proportion of stems (DM basis)  38.7% at 75 days and 50.2% at 105 days; the mean values for leaves were 45.2 % at 75 days and 37.4% at 105 days. Values for petioles were 6.0% at 75 days and 12.4% at 105 days. 

Key words: Continuous rows, DM yield, forage production, harvest interval, height, inclined stems, sowing system


Introducción

Los forrajes son la fuente más económica para la alimentación de los rumiantes, lo cual hace necesario conocer los principios básicos de su manejo y utilización por parte de los animales. El conocimiento del suelo, de las especies forrajeras, junto con las labores culturales y de manejo, es indispensable para lograr los mejores rendimientos tanto en la producción de forraje como en la producción animal (Giraldo 1996).

 

Dentro de las alternativas alimenticias importantes a evaluar, se encuentra el cultivo de yuca (Manihot esculenta Crantz) el cual ha sido considerado principalmente para la producción de raíz, con un uso ocasional de las hojas cuando las raíces son cosechadas (Montaldo 1985; FAO 2000). La yuca es una planta que posee numerosas potencialidades, tanto para su cultivo como para su aprovechamiento del follaje y de la raíz en la alimentación humana, animal e industrial (Gil y Buitrago 2002; Ortega y Vásquez 2003; Villa y Fernández 2002).

 

Las investigaciones sobre selección y genética de la especie y sobre la eficiencia de los métodos de cultivo y de las prácticas de producción han logrado incrementar el rendimiento de la yuca ajo condiciones de campo. Lo prueban resultados de ensayos regionales realizados por el Programa de Mejoramiento de yuca del CIAT en las diferentes regiones agroecológicas del país (Gil y Buitrago 2002).

 

La propagación se realiza principalmente en forma vegetativa, por lo que la buena calidad de las estacas destinadas para la plantación es de importancia relevante (Montaldo1991; López 2002; Ortega y Vásquez 2003). La calidad de la “semilla” de la yuca está determinada por la edad del tallo empleado como material de propagación, el número de nudos por estaca, el espesor y la longitud de la estaca. Igualmente es importante la duración del almacenamiento y el grado de daño mecánico que sufre la estaca durante la preparación, transporte, almacenamiento y siembra (Toro y Atlee 1981; López 2002).

 

De igual forma, investigaciones recientes, están mostrando que la yuca, también puede ser manejada como forraje perenne con alta producción de forraje rico en proteína, cosechando el forraje con intervalos de seis a diez semanas, sin cosechar la raíz, la cual actúa como  reserva de nutrientes para facilitar el rebrote de la parte aérea. Este proceso puede continuar por dos o tres años si los nutrientes extraídos por las hojas, son  compensados con fertilización (Preston y Rodríguez 2004). Es posible obtener follaje de excelente calidad para rumiantes si se plantan variedades seleccionadas para este propósito, con mayor densidad de siembra, con fertilización adecuada, con cortes hechos a edades bien definidas, y con sistemas racionales de procesamiento (Gil y Buitrago 2002).

 

Son muchas las ventajas que se le atribuyen al follaje de la yuca, dentro de las cuales están la tolerancia a la sequía, su productividad en suelos deficientes, ubicación en muchas partes del trópico, facilidad y eficiencia en la cosecha del forraje (FAO 2002).

 

A pesar de las múltiples ventajas que se reportan para la yuca, su uso como forraje en la alimentación animal, no se ha generalizado. Lo anterior puede obedecer en parte a su  sistema de propagación, el cual es vegetativo a partir de estaquillas del tallo de difícil conservación, además de lo costoso de cortarlas y manipularlas. La reproducción vegetativa también significa que el índice de multiplicación de variedades nuevas, mejoradas, es lento, lo que retarda su adopción. Por último, la presencia de glucósidos cianogénicos tóxicos en algunas variedades de yuca, ha desfavorecido la utilización de este producto (FAO 2002).

 

La yuca ha sido caracterizada como un cultivo altamente extractivo, disminuyendo la fertilidad del suelo (Preston y Rodríguez 2004), extracción que se aumenta al cosechar repetidamente el follaje de la yuca, ya que se ha observado que a partir del tercer corte los rendimientos descienden marcadamente.

 

Aunque aun no se han determinado cuales son las mejores variedades de yuca para la producción de follaje, se tienen algunos datos de la variedad ICA- Costeña, con código ante el CIAT o nombre local CG 1141-1, que fue liberada en Colombia en el año de 1991 (CIAT 2001). Esta variedad procedente del cruce entre Mmex11 x Mcol65, se caracteriza por tener un alto rendimiento y altos contenidos de almidón, además de pertenecer al grupo de plantas de yuca de porte bajo (CIAT 2001). De esta variedad se ha reportado su biomasa en la parte aérea, encontrándose producciones inferiores al ser comparada con otras variedades de porte alto y medio, pero siendo muy similar el comportamiento entre variedades de su mismo porte, encontrándose valores de 1.4, 1.8 y 2.1 toneladaseladas/ha de peso seco a los 4, 6 y 10 meses de edad respectivamente (Cadavid y Gil 2003).

 

Teniendo en cuenta lo anterior se realizó el presente estudio con el objetivo de evaluar agronómicamente la yuca (Manihot esculenta Crantz) variedad CG 1141-1 cultivada en el Valle del Sinú, según diferentes métodos de siembra en términos de número de plantas/m, altura alcanzada a diferentes edades, producción de forraje verde y seco y proporción de las diferentes fracciones durante dos ciclos de producción.

 

Materiales y métodos

 

El presente trabajo se realizó en la hacienda Santa Elena, ubicada en Montería,  Departamento de Córdoba (Colombia), en una zona de vida correspondiente a la transición entre bosque húmedo y bosque seco tropical. Presenta una temperatura promedio anual de 30°C y una precipitación de 1200mm, distribuidos entre los meses de abril a julio y de agosto a noviembre. La humedad relativa en la época de verano (diciembre – marzo) es del 75% y en la época de lluvias del 85%. La altura sobre el nivel del mar es de 40 m. Los suelos se caracterizan por ser de buena fertilidad, con una textura franco arcillosa, pH de 6.46 y una capacidad de intercambio catiónico  efectiva (CIC) de 24.65 meq/100 gr de suelo.

 

Se llevaron a cabo dos experimentos diferentes. 1. Se evaluó el establecimiento (hasta los 60 días) de la yuca bajo tres sistemas de siembra (tallos inclinados, chorro continuo con estacas de 15 cm y chorro continuo con estacas de 45 cm). 2. Se realizó una evaluación agronómica y de la yuca a cuatro edades de corte (75, 85, 95 y 105 días), durante dos ciclos. La altura de corte fue de 15 cm.

 
Fase de establecimiento

 

Para el establecimiento de la yuca se utilizó material vegetativo, el cual se cortó con una longitud de 15 cm para la siembra a tallos inclinados y a chorro continuo; otra parte del material se cortó de 45 cm para la siembra a chorro continuo. Se preparó el terreno, utilizando dos pases de romo y dos pases de rastrillo pulidor; luego se procedió a asignar al azar los tres métodos de siembra evaluados.

 

Dentro del sistema de tallos inclinados, estos fueron sembrados cubriendo sólo los primeros 5 cm, quedando expuestos de esta manera los 10 cm restantes, con una distancia entre surcos de 75 cm y una distancia entre estacas de 15 cm. Para el sistema de siembra a chorro continuo, los tallos fueron sembrados a 3 cm de profundidad sin que se traslaparan entre sí y con una distancia entre surcos de 75 cm. Las parcelas experimentales fueron de 80 m2. Para las mediciones y toma de muestras se tuvo en cuenta el efecto de borde, dejando 2 metros a cada lado.

 

Todas las parcelas fueron fertilizadas con Urea (100 kg/ha) y KCl (50 kg/ha) a los 20 días después de sembrada la yuca. La segunda fertilización, fue realizada con urea (150 kg/ha) a los 15 días después de la primera fertilización

 

En cada una de las parcelas se evaluó el número de rebrotes por metro lineal y la altura a los 15, 30, 45 y 60 días de establecidas las parcelas.  El número de rebrotes por metro lineal, se realizó seleccionando cuatro surcos en cada una de las parcelas, dentro de las cuales se contaron los rebrotes producidos en cada una de las estacas.  Para evaluar la altura de las plantas se escogieron dos plantas por surco en cada una de las parcelas. Las plantas fueron medidas en centímetros, desde el suelo hasta el punto más alto sin estirarla (Toledo  y Schultze 1982).

 

Se utilizó un diseño completamente al azar (DCA) con un arreglo de parcelas divididas, con tres repeticiones cada uno, donde la parcela grande fue el sistema de siembra con tres niveles (tallos inclinados, chorro continuo con estacas de 15 cm y chorro continuo con estacas de 45 cm) y la subparcela fue la edad de medición, con cuatro niveles (15, 30, 45 y 60 días).

 

Fase de producción

 

Para caracterizar el comportamiento agronómico de la yuca en la fase de producción, se evaluaron cuatro edades de corte a los 75, 85, 95 y 105 días de edad durante dos ciclos de producción, después de hacer un corte de uniformización a los 60 días de edad a todas las parcelas del experimento anterior. Estas parcelas fueron fertilizadas con Urea (100 kg/ha) y KCl (50 kg/ha) 15 días después del corte de cada edad y Urea (150 kg/ha) 10 días después de la primera fertilización, la cual se repitió después del primer ciclo de producción en cada parcela. 

 

Las variables a medir fueron: producción de forraje verde y materia seca por hectárea, el número de plantas por metro lineal, proporción de cada una de las fracciones (hojas, tallos y pecíolos), con base verde y con base seca. El número de plantas por metro lineal se determinó contando el número de plantas presentes en cada una de las parcelas al momento del corte, en cuatro surcos intercalados. La producción de forraje verde, se estimó por medio del conteo del número de plantas de cuatro surcos al azar y el pesaje de ocho plantas en cada parcela, para posteriormente promediar y relacionar estos datos calculando la producción de forraje verde por parcela y posteriormente por hectárea. La producción de materia seca se realizó seleccionando dos plantas en cada una de las parcelas; las cuales se pesaron, y posteriormente se secaron en un horno a 65°C durante 48 horas. Al cabo del tiempo se pesaron nuevamente para estimar el porcentaje de materia seca, el cual se tuvo en cuenta para estimar la producción de materia seca en cada corte. El porcentaje de cada una de las fracciones (hoja, tallos, pecíolos)  se realizó pesando ocho plantas de manera individual, de las cuales se separaban las hojas, los pecíolos y el tallo, para posteriormente ser pesados y calcular el porcentaje de cada una de la fracciones. El número de plantas por metro lineal se determinó contando el número de plantas presentes en cada una de las parcelas al momento del corte, en cuatro surcos intercalados.

 

El diseño experimental utilizado fue un completamente al azar (DCA) con un arreglo de parcelas divididas con tres repeticiones cada uno, donde la parcela grande fue el sistema de siembra con tres niveles (tallos inclinados, chorro continuo de 15 cm y chorro continuo de 45 cm) y la subparcela fue la edad de medición, con cuatro niveles (75, 85, 95 y 105 días).

 

Todos los modelos correspondientes a los dos experimentos, fueron evaluados mediante el PROC GLM del paquete estadístico de SAS (1999). Se realizó un análisis de residuos a todas las variables para verificar el cumplimiento de los supuestos, para esto se utilizó el procedimiento de Proc Univariate, para normalidad y Proc Discrim para homogeneidad de varianzas, para sistema de siembra y edad. Las interacciones que dieron significativas, se analizaron por LS Means (SAS 1999). La comparación de medias se realizó mediante la prueba Tukey (Steel y Torrie 1988).
 


Resultados y discusión

 
Fase de establecimiento 

 

Se encontró un efecto significativo tanto del sistema de siembra y la edad, como la interacción sistema*edad (P<0.0001) para el número de plantas por metro lineal obtenidas en el período de establecimiento. Aunque la interacción fue significativa, se analizará de manera independiente cada uno de los efectos simples.  El sistema de tallos inclinados presentó un mayor número de plantas.  A medida que se incrementó la edad, el número de plantas disminuyó, observándose una diferencia significativa entre los 15, 35 y 45 días de edad, siendo esta última semejante con el comportamiento a los 60 días (tabla 1). 


Tabla 1.  Número de plantas/m y altura de la yuca (Manihot esculenta Crantz) variedad  CG   1141-1 según el sistema de siembra y la edad en la fase de establecimiento

Tratamientos

Número de plantas/m

Altura, cm

Sistema de siembra

 

 

TI

10.59a

51.6a

CCI

7.30b

52.3a

CC2

6.35c

53.0a

*DMS

0.71

16.2

Edad, días

 

 

15

9.23a

8.49 a

30

8.64b

24.3b

45

7.46c

60.7c

60

6.99c

115d

*DMS

0.57

12.0

*Diferencia Mínima Significativa. Las medias seguidas por distinta letra en la columna son significativamente diferentes, según la prueba de Tukey (P< 0.05)


La altura no presentó diferencias debidas al sistema de siembra utilizado, encontrándose una altura promedio para los tres sistemas de siembra a los 60 días de 52.3 cm.  Al igual que para el número de plantas, la edad tuvo un efecto significativo (P<0.0001) sobre la altura, la cual se fue incrementando de forma curvilínea (Y = 0.0435X2 – 0.8752X + 11.734; R2 = 0.96), durante el período de evaluación.

 

Como se mencionó anteriormente, la interacción sistema * edad resultó significativa para el número de plantas. El número de plantas disminuyó de manera significativa a medida que aumentaba la edad en el sistema de siembra a tallos inclinados. En el sistema de siembra CC1, sólo se presentó diferencias entre los 45 días con respecto a los 15 y 30 días de edad y en el sistema de siembra  CC2 se presentó una diferencia significativa entre los 60 días con respecto a los 15 y 30 días y entre los 30 y 45 días de edad (Figura 1).  



Figura 1.
Interacción entre el sistema de siembra y la edad,
para el número de plantas durante la fase de establecimiento


Al analizar  los tres sistemas de siembra en cada una de las edades, a los 15 y 30 días se observa una superioridad en TI con respecto a los otros dos sistemas, siendo así mismo superior el sistema a CC1 sobre CC2. A los 45 días el sistema  TI sigue siendo superior con respecto a los otros dos sistemas, pero el sistema  a CC1 no presenta diferencias con el sistema a CC2 y a los 60 días TI no presentó diferencias con CC1 pero si con CC2, siendo CC1 y CC2 similares.  A pesar de la disminución permanente en el sistema a tallos inclinados, este mantuvo una superioridad con respecto a los otros dos sistemas evaluados. 

 

Algunos autores reportan que la posición de las estacas permite o no un mejor rebrote dependiendo de los suelos donde se realice la siembra, haciendo que en determinados casos la posición vertical o inclinada, permita un mejor contacto con el suelo y la humedad, estimulando así una mejor brotación bajo condiciones adversas, comparado con el sistema a chorro continuo (Villa 1994). Además se debe tener en cuenta que la siembra a tallos inclinados no tiene la presión física que ejerce el suelo, al no estar cubierta la estaca completamente, como si ocurre en el sistema a chorro continuo. Por otro lado, si se tiene en cuenta que la siembra se realizó en época de lluvias y el tipo de suelo donde fue establecido, el cual se caracteriza por tener un alto contenido de arcillas, se espera que esta presión sea mayor, dificultando el rebrote en los sistemas de siembra a chorro continuo.

 

La longitud de las estacas es uno de los factores a tener en cuenta para el establecimiento, la cual es importante debido al número de nudos y la cantidad de reservas nutricionales y humedad que contengan. La influencia que tiene la longitud de las estacas en el rendimiento ha sido tema de investigación en varios países y los resultados muestran tendencias a rendimientos ligeramente mayores con estacas largas; la razón probablemente, es que el mayor contenido nutricional permite un mejor crecimiento inicial de las plantas, lo cual incide con una mejor tuberización de las raíces (López 2002). En este trabajo,  cuando se estableció a chorro continuo, se encontraron pocas diferencias entre estacas de 15 y 45 cm, debido posiblemente a que ambos tipos de estacas presentaron suficientes reservas nutritivas y un adecuado número de yemas.

 

A medida que se incrementó la edad, se observó una disminución en el número de plantas/m, efecto que puede ser explicado por una tendencia de las plantas a regular su densidad debido a una competencia biológica durante su desarrollo. Si se tiene en cuenta la densidad estimada para la época de establecimiento en cada uno de los sistemas de siembra utilizados 141199, 97333 y 84666 plantas/ha para los sistemas a tallos inclinados, CC1 y CC2 respectivamente, se observa que son densidades muy altas, dentro de las cuales se espera que la competencia sea significativa. También es importante resaltar la mayor densidad en el sistema de tallos inclinados, lo que puede explicar la mayor disminución en el número de plantas durante el período de establecimiento debido a una mayor competencia.   Sin embargo, estas altas densidades iniciales son importantes, ya que pueden mejorar el control de malezas, aspecto de importancia relevante en el cultivo de yuca en las fases iniciales del mismo.

 

Como era de esperarse, se presentó un incremento de la altura, a medida que se aumentaba la edad de establecimiento, encontrándose un incremento del 65%, 86% y de 92.6% a los 30, 45 y 60 días, con respecto a los primeros 15 días de establecida.

 

Fase de producción 

 

Durante la fase de producción, en términos generales se puede afirmar que el sistema de siembra  no tuvo efecto sobre el comportamiento agronómico de la yuca. Por el contrario la edad tuvo un efecto altamente significativo sobre todas las variables evaluadas. 

 

El sistema de siembra no tuvo efecto significativo sobre la producción de FV y MS durante los dos ciclos evaluados, obteniéndose un promedio general de 30 toneladas/ha de FV y 6.45 toneladas/ha de MS en el primer ciclo y 20.5 toneladas/ha FV y 4.8 toneladas/ha MS en el segundo ciclo (tabla 2).


Tabla 2.  Producción de forraje de yuca (Manihot esculenta Crantz) variedad CG 1141-1 bajo tres sistemas de siembra durante dos ciclos

Ciclo siembra

Producción FV, toneladaseladas/ha

Producción MS,
toneladaseladas/ha

Primer ciclo

 

 

TI

25.6a

5.50a

CC1

32.5a

6.71a

CC2

31.6a

7.14a

*DMS

19.2

3.66

Segundo ciclo

 

 

TI

17.6a

4.23a

CC1

20.1a

4.83a

CC2

23.8a

5.48a

*DMS

17.6

4.16

*Diferencia Mínima Significativa. Las medias seguidas por distinta letra en la columna son significativamente diferentes al interior de cada ciclo, según la prueba de Tukey (P< 0.05)


Como se observa en la tabla 3, la edad influyó significativamente (P< 0.0001) sobre la producción de FV y MS durante los dos ciclos. Es importante resaltar el comportamiento diferente en cada uno de los ciclos, aunque no se realizó análisis estadístico para comparar estos.


Tabla 3.  Producción de forraje de yuca (Manihot esculenta Crantz) variedad CG 1141-1
cuatro edades de corte durante dos ciclos

Ciclo edad

Producción de FV, toneladas/ha/corte

Producción de MS, toneladas/ha/corte

Primer ciclo

 

 

75

17.95a

3.69c

85

24.9a

5.59bc

95

35.2b

6.68b

105

41.6b

9.85a

*DMS

8.77

2.02

Segundo ciclo

 

 

75

21.1 a

4.33ab

85

26.5 a

6.39a

95

24.2 a

6.00a

105

10.2 b

2.66b

*DMS

9.99

2.28

*Diferencia mínima significativa. Las medias seguidas por distinta letra en la columna son significativamente diferentes, según la prueba de Tukey (P< 0.05)


La producción de FV tuvo un incremento significativo a partir de los 95 días durante el primer ciclo, presentándose una producción diaria de 810 kg/ha (Figura 2).


Forraje verde

Materia seca


Figura 2. 
Variación en la producción de forraje (toneladas/ha) de la yuca variedad CG 1141-1 entre el día 75 y 105 de corte en el primer ciclo


Por el contrario durante el segundo ciclo la producción de FV cayó de forma curvilínea a partir de los 95 días de edad, siendo la disminución significativa a los 105 días (Figura 3). 


Forraje verde

Materia seca


Figura 3.
 Variación en la producción de forraje (toneladas/ha) de la yuca variedad CG 1141-1 entre el día 75 y 105 de corte en el segundo ciclo


De esta misma forma se comportó la producción de MS, la cual aumentó de manera lineal en el primer ciclo, con una producción de 199 kg/ha/día y durante el segundo ciclo presentó un descenso en la producción a partir de los 95 días (Figuras 2 y 3). 

 

Teniendo en cuenta las producciones obtenidas durante todo el período de evaluación, la producción de forraje verde y materia seca por hectárea, por año fue de 95 y 19.5 toneladas/ha con cortes cada 75 días; 110.3 y 25.7 toneladas/ha,  con cortes cada 85 días; 114 y 24.35 toneladas/ha, con cortes cada 95 días y de 89.9 y 21.7 toneladas/ha con cortes a los 105 días. 

 

El promedio de producción de FV y MS durante todo el período de evaluación fue de 19.5 y 4.01 toneladas/ha a los 75 días, de 25.7 y 6 toneladas/ha a los 85 días, de 29.7 y 6.34  toneladas/ha a los 95 días y de 25.9 y 6.25 toneladas/ha a los 105 días. Se observa un bajo incremento a los 95 días y una menor producción a los 105 días, resultados que son explicados por la disminución drástica que ocurrió en las dos últimas edades de corte en el segundo ciclo de producción.  Esta variación puede ser explicada por las condiciones de alta sequía que se presentó durante este último período, ya que el rebrote durante el segundo ciclo coincidió con los meses de diciembre, enero y febrero, donde las lluvias fueron muy pocas o nulas, mostrando que la yuca es un cultivo susceptible al verano, condición que va en contra de lo reportado por la FAO (2002) quienes resaltan la tolerancia admirable de la yuca a condiciones de sequía.  

 

Teniendo en cuenta la densidad obtenida en esta evaluación durante el ciclo de producción de 109733 plantas/ha  se puede considerar que la producción de FV en el primer ciclo y hasta los 85 días del segundo ciclo tuvo un comportamiento bueno. Si se observa la producción a los 95 días de 35.2 toneladas/ha en el primer ciclo, es una producción cercana a lo reportado por Ruiz et al (1987), quienes obtuvieron 37 toneladas/ha de material fresco en ocho cortes durante dos años, con una densidad de 111000 plantas /ha. Rosero  (2002), en una evaluación realizada en la zona de Ayapel, Córdoba, con tres variedades de yuca a una densidad de 112000 plantas/ha encontró una producción de 21.7, 10.6 y 24.5 toneladas/ha de FV para cada variedad en el primer corte a los 90 días de edad. El mismo autor, realizó la misma evaluación en Caicedonia, Valle del Cauca, donde encontró valores de 15.8, 13.4 y 16.7 toneladas/ha de FV para cada variedad a los 90 días. En general se observa una superioridad en la producción de FV encontrada en este trabajo a los 90 días del primer corte, lo cual puede ser explicado por las condiciones del suelo de alta fertilidad donde fue realizado el estudio. 

 

La producción de MS de igual forma está dentro de los rangos obtenidos en otros estudios. A los 90 días se han reportado valores de 3.45 a 7.47 toneladas/ha de MS (Rosero 2002). La producción de MS de 25.4 toneladas/ha/año obtenida en este trabajo a los 90 días está dentro de los rangos reportados por Buitrago (1990), quien señala producciones de 15 a 30 toneladas/ha/año de MS usando intervalos de tres meses entre cortes. Así mismo Rosero (2002), señala que es posible obtener más de 30 toneladas/ha/año de materia seca, cuando se utilizan materiales con buen potencial forrajero, sembrando a distancias de 30*30 cm con cortes trimestrales. Moore (1976), reporta rendimientos de forraje de yuca de 20 toneladas/ha de MS en cuatro cortes durante un período de 11 meses con una población de 110000 plantas/ha, lo que sigue mostrando un comportamiento muy semejante e incluso superior de la variedad evaluada en este estudio.

 

Por otro lado se ha observado que altas densidades en el cultivo de la yuca, afectan negativamente el peso fresco individual de cada planta y positivamente la producción de forraje total por unidad de área. Al respecto Ffoulkes et al (1978) reportan una producción por planta de 1.89 kg., a una densidad de 10000 plantas/ha, correspondiendo a una producción de forraje fresco de 19.7 toneladas /ha y de 3.8 toneladas MS/ha, mientras que cuando se estableció a una densidad de 53000 plantas por hectárea el peso por planta fue de 0.99 kg, obteniéndose unas producciones de 52.5 y 10.9 toneladas/ha de FV y MS respectivamente. Si se compara esta última densidad con el comportamiento obtenido en este trabajo a los 105 días de corte, donde se duplica el número de plantas/ha, se ve la tendencia en la disminución del peso individual; en este caso las plantas tuvieron un peso promedio de 0.38 kg, y una producción de 41.6 y 9.85 toneladas/ha de FV y MS respectivamente en el primer ciclo de corte. 

 

Con respecto al porcentaje de materia seca (%MS) no se presentó diferencias significativas debidas al sistema de siembra en ambos ciclos; pero si se presentó un aumento general durante el segundo ciclo (Tabla 4).


Tabla 4.  Porcentaje de materia seca de la planta completa de yuca (Manihot esculenta Crantz) variedad CG 1141-1 en cada sistema de siembra durante los dos ciclos

Ciclo siembra  

% MS de la planta

Primer ciclo

 

TI

20.9a

CC1

20.8a

CC2

22.6a

*DMS

3.38

Segundo ciclo

 

TI

24.3a

CC1

24.8a

CC2

23.4a

*DMS

2.61

*Diferencia Mínima Significativa. Las medias seguidas por distinta letra en la columna son significativamente diferentes, según la prueba de Tukey (P< 0.05)


La edad tuvo un efecto significativo (P<0.0001) sobre el %MS de la planta en los dos ciclos evaluados, el cual empezó aumentando con la edad en el primer ciclo, pero a los 95 días cayó significativamente comparado con los 85 y 105 días. El menor contenido de MS a los 95 días, probablemente fue consecuencia de un incremento en la precipitación. En el segundo ciclo el %MS aumentó con la edad de corte, pero sólo se presentó diferencia significativa entre los 75 días con respecto a las demás edades de corte (tabla 5). Durante este ciclo se encontró un porcentaje de materia seca superior al observado en cada una de las edades durante el primer ciclo, efecto que también se atribuye a la época de medición donde las lluvias bajaron, especialmente en las dos últimas edades de corte.


Tabla 5.   Porcentaje de materia seca de la planta completa de  yuca (Manihot
 esculenta 
Crantz) variedad CG 1141-1 según la edad durante los dos ciclos

Ciclo edad

% MS de la planta

Primer ciclo

 

75

20.2b

85

22.5a

95

19.1b

105

23.3a

*DMS

2.3

Segundo ciclo

 

75

20.5b

85

24.2a

95

25.7a

105

26.1a

*DMS

3.05

*Diferencia Mínima Significativa. Las medias seguidas por distinta letra en la columna son significativamente diferentes, según la prueba de Tukey (P< 0.05)


El sistema de siembra no tuvo efecto sobre el porcentaje de MS de hojas, pecíolos y tallos en los dos ciclos. El porcentaje de  MS de las hojas fue mayor con respecto al de los tallos y pecíolos, presentándose un incremento general durante el segundo ciclo (Tabla 6).


Tabla 6.  Porcentaje de materia seca de la hoja, tallo y pecíolo de la yuca (Manihot  esculenta Crantz) variedad CG 1141-1 en cada sistema de siembra durante los dos ciclos

Ciclo siembra                 

% de  MS de las hojas

% de MS del tallo

% MS de los pecíolos

Primer ciclo

 

 

 

TI

26.8a

19.1a

16.0a

CC1

27.0a

18.3a

16.5a

CC2

27.3a

19.6a

17.3a

*DMS

3.6

2.20

2.08

Segundo ciclo

 

 

 

TI

27.7a

22.6a

18.5a

CC1

28.4a

22.6a

18.7a

CC2

28.0a

22.4a

18.8a

*DMS

2.92

3.93

2.61

*Diferencia Mínima Significativa. Las medias seguidas por distinta letra en la columna son significativamente diferentes, según la prueba de Tukey (P< 0.05)


Los contenidos de materia seca de cada una de las fracciones, presentaron diferencias significativas debidas a la edad (Tabla 7), evidenciándose un incremento a través del tiempo de medición durante los dos ciclos, excepto a los 95 días del primer ciclo, donde mostró un comportamiento similar al encontrado en la MS de la planta completa.


Tabla 7.   Porcentaje de materia seca de la hoja, tallo y pecíolo de la yuca (Manihot  esculenta Crantz) variedad CG 1141-1 según la edad durante los dos ciclos

Ciclo edad

% MS de las hojas

% MS del tallo

% MS de los pecíolos

Primer ciclo

 

 

 

75

26.11 ab

16.28 b

15.17 b

85

28.38 a

20.07 a

16.63 ab

95

24.70 b

17.34 b

16.64 ab

105

28.93 a

22.29 a

19.95 a

*DMS

2.82

2.53

2.26

Segundo ciclo

 

 

 

75

24.03 c

18.22 c

15.92 c

85

27.41 b

22.52 b

17.79 bc

95

28.80 b

25.12 a

19.81 ab

105

31.90 a

24.23 ab

21.14 a

*DMS

2.13

1.79

2.30

Nota: *Diferencia Mínima Significativa. Las medias seguidas por distinta letra en la columna son significativamente diferentes, según la prueba de Tukey (P< 0.05)


Es importante resaltar que durante el segundo ciclo la MS incrementó en todas las edades para los tallos y pecíolos y para las hojas sólo se observó este incremento a los 95 y 105 días de edad, mostrándose nuevamente el efecto de la época de medición. 

  

El porcentaje de materia seca promedio de la planta completa durante los dos ciclos fue de 20.36, 23.4, 22.39 y 24.98 % MS a los 75, 85, 95 y 105 días respectivamente, valores que están por debajo de lo reportado por Buitrago (1990), quien señala un porcentaje de materia seca del 28%, pero no señala la edad. Rosero (2002), encontró un porcentaje del 34.23, 35.65 y 28.43 de materia seca para tres variedades diferentes a los 90 días, valores que son de igual forma superiores a los encontrados para esta edad, durante los dos ciclos evaluados. 

 

Preston et al (2003), señalan un porcentaje de materia seca a los 90 días de 29 % para  las hojas, 15.6 % para pecíolos y 16.5 % para tallos, datos similares a los encontrados en este trabajo. 

 

Desde el punto de vista nutricional y alimenticio, en la medida que se aumenta el contenido de MS, se aumenta la densidad de nutrientes (Correa et al 2004), condición que favorece el follaje de la yuca, ya que se puede decir que este  presentó buenos contenidos de materia seca. 

 

La proporción de las diferentes fracciones (tallos, hojas y pecíolos) tanto en base verde, como en base seca, no fueron afectadas por el sistema de siembra durante los dos ciclos de corte (Tablas 8 y 9).


Tabla 8.   Proporción de Tallos, Hojas y Pecíolos en base verde de la yuca (Manihot esculenta Crantz) variedad CG  1141-1 en cada sistema de siembra durante los dos ciclos

Ciclo siembra                 

% de tallos

% de hojas

% de pecíolos

Primer ciclo

 

 

 

Tallos inclinados

45.39a

34.54a

20.06a

*Chorro continuo 1

45.68a

33.74a

20.58a

**Chorro continuo 2

49.86a

31.92a

18.21a

***DMS

4.6

2.8

2.47

Segundo ciclo

 

 

 

Tallos inclinados

46.84a

35.25a

17.91a

*Chorro continuo 1

48.95a

33.06a

17.99a

**Chorro continuo 2

50.83a

31.78a

17.56a

***DMS

6.20

3.50

3.04

*chorro continuo con estacas de 15 cm.**chorro continuo con estacas de 45 cm. ***Diferencia Mínima Significativa. Las medias seguidas por distinta letra en la columna son significativamente diferentes, según la prueba de Tukey (P< 0.05)


 Es importante resaltar que durante los dos períodos de evaluación la proporción de tallos siempre fue superior a la proporción de hojas y pecíolos.


Tabla 9.  Proporción de Tallos, Hojas y Pecíolos en base seca  de la yuca (Manihot esculenta
Crantz) variedad CG  1141-1 en cada sistema de siembra durante los dos ciclos

Ciclo siembra                 

% de tallos

% de hojas

% de pecíolos

Primer ciclo

 

 

 

Tallos inclinados

41.00a

43.88a

15.11a

*Chorro continuo 1

39.83a

43.76a

16.40a

**Chorro continuo 2

45.02a

40.35a

14.63a

***DMS

4.05

3.8

2.80

Segundo ciclo

 

 

 

Tallos inclinados

44.72a

41.36a

13.92a

*Chorro continuo 1

46.53a

39.33a

14.13a

**Chorro continuo 2

48.01a

37.84a

14.14a

***DMS

7.30

5.40

2.40

Nota: *chorro continuo con estacas de 15 cm. **chorro continuo con estacas de 45 cm. ***Diferencia Mínima Significativa. Las medias seguidas por distinta letra en la columna son significativamente diferentes, según la prueba de Tukey (P< 0.05)


La edad tuvo efecto significativo (P<0.042) en la proporción de tallos, hojas y pecíolos, en base verde y seca durante los dos ciclos (tablas 10 y 11). En términos generales, se puede afirmar que el porcentaje de tallos incrementa con la edad, mientras que el porcentaje de hojas y de pecíolos disminuye.


Tabla 10.  Proporción de Tallos, Hojas y Pecíolos en base verde de la yuca (Manihot
 esculenta 
Crantz) variedad CG  1141-1 según la edad durante los dos ciclos

Ciclo edad

% de tallos

% de hojas

% de pecíolos

Primer ciclo

 

 

 

75

44.94 b

34.70 a

20.35 a

85

47.06 ab

32.83 ab

20.10 a

95

46.29 ab

33.38 ab

20.32 a

105

49.61 a

32.69 b

17.69 b

*DMS

3.53

1.98

2.06

Segundo ciclo

 

 

 

75

43.74 b

36.37 a

20.13 a

85

41.52 b

36.77 a

21.71 a

95

52.58 a

31.87 b

15.55 b

105

57.65 a

28.45 b

13.89 b

*DMS

7.77

5.93

2.87

Nota: *Diferencia Mínima Significativa. Las medias seguidas por distinta letra en la columna son significativamente diferentes, según la prueba de Tukey (P< 0.05)


Los rangos promedios observados durante los dos ciclos en base seca para la proporción de tallos  fue 38.74% a los 75 días y 50.19% a los 105 días; 45.22% a los 75 días  y 37.44% a los 105 días para la proporción de hojas y 16.04% a los 75 días y 12.37% a los 105 días de edad para los pecíolos.


Tabla 11.   Proporción de Tallos, Hojas y Pecíolos en base seca  de la yuca (Manihot esculenta  Crantz) variedad CG  1141-1 según la edad durante los dos ciclos

Ciclo  edad

% de tallos

% de hojas

% de pecíolos

Primer ciclo

 

 

 

75

37.60c

46.59a

15.82ab

85

42.69ab

42.16b

15.15bc

95

40.93bc

41.93b

17.14a

105

46.60a

39.99b

13.41c

*DMS

4.62

4.21

1.75

Segundo ciclo

 

 

 

75

39.88b

43.86a

16.26a

85

40.11b

43.27ab

16.61a

95

51.92a

36.03bc

12.05b

105

53.78a

34.89c

11.33b

*DMS

8.62

7.27

2.25

Nota: *Diferencia Mínima Significativa. Las medias seguidas por distinta letra en la columna son significativamente diferentes, según la prueba de Tukey (P< 0.05)


Este mismo comportamiento fue reportado por Meyreles et al (1977), quienes encontraron un descenso lineal para hojas y pecíolos, representado por las siguientes ecuaciones Y = 48.0 - 5.04X (r2 = 0.93) para hojas y Y = 28.9 - 3.35X (r2 = 0.61) para pecíolos y un incremento lineal Y = 23.1 + 8.37X (r2 = 0.82) para los tallos; donde Y es el porcentaje del componente en el follaje, base seca y X, la edad. Aunque el comportamiento en este trabajo fue semejante, las tendencias no estuvieron tan marcadas, en el primer ciclo, mientras que en el segundo ciclo, si se observa una tendencia lineal en el descenso de la proporción de hojas del 0.34% (Y= -0.342X+70.3; R2=0.35) y de pecíolos del 0.19% (Y=-0.194X+31.5; R2=0.55) por día, mientras que el porcentaje de tallos incrementa en 0.53% por día (Y = 5351X-1.74 R2=0.47).  

 

Al comparar la proporción de tallos con respecto a las otras dos fracciones, se observa una superioridad de los tallos en base verde durante los dos ciclos de corte y a medida que se incrementa la edad. La superioridad de los tallos no fue tan marcada al observar el comportamiento en base seca, durante el primer ciclo y  a los 75 y 85 días de edad del segundo ciclo, donde la proporción de hojas supera a la de los tallos, lo cual es explicado por los mayores contenidos de materia seca en las hojas.  

 

Preston  y Rodriguez. (2004), señalan unos rangos para la proporción hoja:tallo:pecíolo entre 47 y 52 para hojas, 33 y 38 para tallos y 15 para pecíolos a los 90 días de edad. Estos valores  son muy semejantes con la proporción promedio encontrada a los 95 días en base seca durante los dos ciclos, los cuales fueron de 46% para tallos, 39% para hojas y 15% para pecíolos. Así mismo estos autores reportan una proporción de hojas más pecíolos del 70 % a los 71 días de edad, trabajando con una densidad de 100.000 plantas por ha, fertilizada con 1.8 kg/m2 de estiércol de cabra, proporción que no difiere mucho de lo observado a los 75 días, donde se obtuvo un 61% de hojas y pecíolos en base seca en los dos ciclos de corte. 

 

La relación proporcional entre hojas y tallos, es uno de los factores que influye directamente en la calidad final del follaje. A mayor cantidad de hojas en el follaje, mejor es su calidad nutricional, ya que los contendidos de proteína y de fibra de las hojas son de 25% y 9%, respectivamente, mientras que los de los tallos y pecíolos son de 11% y 25% (Gil y Buitrago 2002). Esta relación cambia con la edad, convirtiéndose en un parámetro importante a tener en cuenta para determinar la edad de corte.

 

El número de plantas por metro lineal no fue afectado, ni por el sistema de siembra, ni por la edad, para ninguno de los ciclos de producción (Tablas 12 y 13); obteniéndose un promedio para los dos sistemas de siembra y las cuatro edades de corte de 8.23 plantas/m durante los dos ciclos, lo que corresponde a una densidad de 109.733 plantas/ha (0.75m entre surcos).


Tabla 12.  Número de Plantas/m de la yuca (Manihot esculenta Crantz) variedad CG 1141-1 según el sistema de siembra durante los dos ciclos

Ciclo siembra                 

Número de plantas/m

Primer ciclo

 

TI

7.38a

CC1

8.73a

CC2

8.38a

*DMS

2.51

Segundo ciclo

 

TI

7.34a

CC1

8.84a

CC2

8.76a

*DMS

2.66

*Diferencia Mínima Significativa. Las medias seguidas por distinta letra en la columna son significativamente diferentes, según la prueba de Tukey (P< 0.05)



Tabla 13.  Número de plantas por metro de la yuca (Manihot esculenta  Crantz) variedad CG  1141-1  según la edad durante los dos ciclos.

Ciclo edad

Número de plantas/m

Primer ciclo

 

75

8.87a

85

7.82a

95

7.76a

105

8.21a

*DMS

1.49

Segundo ciclo

 

75

8.34a

85

8.96a

 95

7.98a

105

7.99a

*DMS

1.42

Nota: *Diferencia Mínima Significativa. Las medias seguidas por distinta letra en la columna son significativamente diferentes, según la prueba de Tukey (P< 0.05)


El comportamiento del número de plantas durante la fase de producción, fue contrario a lo observado durante su fase de establecimiento. En la etapa de producción, el sistema a tallos inclinados disminuyó su número, quizás por la tendencia de regular el número de plantas cuando se trabajan con altas densidades. Por el contrario en los sistemas a chorro continuo, aumentó el número de plantas/m. De esta forma se igualó el número de plantas para los tres sistemas de siembra y se estabilizaron, pues no sufrieron cambios con la edad.


Conclusiones



Agradecimientos 

 

Los autores expresan sus agradecimientos a la empresa TIERRAS Y GANADOS  S. A., por los aportes humanos, físicos y financieros que hicieron posible el desarrollo de este trabajo y en especial el apoyo del Zootecnista Juan Carlos Gil.

 

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Received 14 August 2007; Accepted 13 September 2007; Published 11 December 2007

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