Livestock Research for Rural Development 6 (1) 1994

Citation of this paper

Un alimento seco para aves basado en mieles de caña de azucar

Vilda Figueroa

Instituto de Investigaciones Porcinas, Carretera Guatao Km 1, Punta Brava, C. Habana, Cuba

Juana Rodríguez

Instituto de Investigaciones Avícola, Ave 7 Diciembre, Cacahual, C. Habana, Cuba

Summary

A method is described of making a dry feed for poultry using mixtures of "B" molasses and different sun-dried foliages from tropical plants. Data are given on the composition and characteristics of the mixtures and of their nutritive value when fed to cockerels in metabolism cages. The foliages used were: sugar cane tops, aerial part of banana, of cassava and of sweet potato (Ipomoea batata), (collected at the time of harvesting the root, in the case of the cassava and sweet potato), "topinambur" foliage (Helianthus tuberosa) and azolla grown on waste water from piggeries. The proportion of "B" molasses in the final meal varied from 56 to 70% according to the foliage utilized.

Acceptability and nutritive value of the "B" molasses meals were evaluated. Voluntary intake was high and there were no problems of "dirty" and "sticky" feathers which happens when liquid molasses is fed to hens. The meals were easy to prepare and store.

The metabolizable energy of the meals was in the range of 2.5 to 2.92 Mcal/kg dry matter. The exception was when the foliage from sweet potato was used; in this case the "meal" with "B" molasses had an ME value of only 1.94 Mcal/kg DM. The ME values for the meals was superior to that estimated for "B" molasses per se, which suggests that the foliages conferred some nutritive improvement on the "B" molasses as well as serving as an absorbent.

KEY WORDS: "B" molasses, sun-dried foliages, tropical plant residues, poultry, "dry molasses meals", metabolizable energy.

Resumen

Se describió la forma de preparación, características y composición química de un nuevo alimento seco para aves basado en miel "B" de caña que puede elaborarse fácilmente con los recursos disponibles en la granja. Esta harina de miel o "Melharina" se preparó mediante una mezcla secada al sol de miel "B" y un follaje que sirvió como sustrato. Los follajes ensayados fueron: cogollo de caña, follaje de plátano, follaje de cosecha de yuca y batata (Ipomoea batata), forraje de topinambur (Helianthus tuberosa) y azolla cultivada sobre residuales porcinos. La proporción de miel "B" en la harina seca varió de 56 a 70% de miel "B" en dependencia del follaje utilizado.

La aceptabilidad y valor nutritivo de las harinas de miel "B" fueron evaluadas en aves. Se demostró un alto consumo voluntario, no se detectaron suciedades en las plumas ni dificultades en la preparación y almacenaje de los alimentos. La energía metabolizable de las harinas de miel "B" estuvo en un rango entre 2.50 y 2.92 Mcal/kg MS.

Sin embargo, cuando el follaje de batata sirvió de sustrato los valores descendieron hasta 1.94 Mcal/kgMS. Los valores obtenidos para la energía metabolizable de este nuevo alimento fueron superiores a las referidas para la miel "B" lo que sugiere que los follajes utilizados contribuyen no solo a deshidratar la miel sino en cierta medida al valor nutritivo de las mezclas.

PALABRAS CLAVES: Miel "B", aves, follajes deshidratados, alimento

Introducción

El potencial de la avicultura para la producción de proteína animal es bien conocido por todos. Los volúmenes mas importantes de carne y huevos se logran a partir de tecnologías altamente intensivas con grandes consumos de cereales. Sin embargo, los países tropicales no cuentan con producciones de cereales con que sostener la avicultura lo que ocasiona por una parte, la imposibilidad de satisfacer las necesidades crecientes de la población y por otra parte, una dependencia sobre alimentos y tecnologías importadas. Esta situación se hace cada día mas insostenible.

Lograr una base alimentaria adecuada a las posibilidades y recursos de los países tropicales es una necesidad para el desarrollo de una avicultura autóctona. En este sentido, los derivados de la caña de azúcar, en especial las mieles intermedias (A y B) pueden jugar el mismo papel que los cereales en el mundo templado.

El uso de altos niveles de caña (miel rica, "A" "y" B) en la alimentación de gallinas ponedoras y pollos de engorde se conoce hace anos (Rosenberg 1953; Pérez 1968; Pérez y Preston 1970 y Camps y Rodríguez 1985). En general se ha demostrado una tendencia a mantener los pesos vivos y el nivel de postura con un aumento del consumo voluntario de las aves y por consiguiente un deterioro en la conversión alimentaria.

La limitante principal ha sido la naturaleza liquida y viscosa de la miel, que imposibilita una adecuada mezcla con el resto de los componentes de la dieta, dificultando la manipulación de la misma. Además, como las aves terrestres acostumbran a picotear el alimento seco, se dificulta el consumo y se producen suciedades en las plumas. Los intentos de superar estos problemas físicos de las mieles mediante procesos de deshidratación, no han sido factibles por lo costoso de los mismos y por la incorporación de grandes proporciones de calcio que afectan el comportamiento de las aves (Taboada et al 1986).

El objetivo de este trabajo ha sido producir un alimento seco o harina de miel para aves basado en miel "B" de caña de azúcar que pueda prepararse fácilmente con los recursos disponibles en la granja.

Materiales y métodos

Se utilizó miel "B" de caña cuya composición se muestra en la Tabla 1. La miel se diluyó con agua a razón de 5:1 para alcanzar una solución de miel con aproximadamente 60% de MS.

Tabla 1: Composición de la Miel "B" (%MS)
Materia seca 78.3
N x 6.25 2.0
Cenizas 7.2
Energía bruta (Mcal/kg) 3.44

 

Diferentes follajes, secados al sol y molidos en forma de harina, sirvieron de base como sustratos fibrosos: cogollo de caña, residuos de cosecha de plátanos cortados 40-50 cm de la parte aérea, follaje de cosecha de batata (Ipomoea batatas) y yuca, forraje de Topinambur (Helianthus tuberosa) cortado a 60 días con 1.2 m de altura y Azolla cultivada sobre aguas residuales de porquerizas.

La miel se fue añadiendo y mezclando manualmente sobre los diferentes tipos de alimentos fibrosos hasta lograr un producto que no goteara liquido al apretarse con la mano. Una vez preparada, la mezcla se colocó en un plato de secado al sol a razón de 4 kg/m², volteándose cada 2 o 3 horas aproximadamente. Después de dos días de sol (8 h cada día), se obtuvo un alimento seco que se molió en un molino de martillo y se almacenó para utilizarse posteriormente.

Para evaluar la aceptabilidad de las harinas de miel "B" preparadas a partir de cogollo de caña, follaje de plátano y batata, forraje de Topinambur y Azolla, se utilizaron 6 gallos White Leghorn adultos alojados en jaulas individuales. Cada harina de miel se mezclo al 50 % con una dieta basal que sirvió de testigo. Esta última se confeccionó con 50 % de cereal y 50 % de harina de soya. Las dietas se ofrecieron ad libitum y el agua mediante tetinas automáticas. Para la toma y tratamiento de las muestras y los datos del comportamiento animal se siguió el procedimiento descrito por Sibbald y Slinger (1963) adaptado por Rodríguez et al (1993) para alimentos no convencionales.

La determinación de materia seca, cenizas y nitrógeno se realizó según AOAC (1970). La energía bruta se midió en un calorímetro de bomba adiabático y la fibra según la técnica descrita por Van Soest (1963).

Resultados y discusión

Los sustratos fibrosos utilizados absorbieron la miel "B" en diferentes proporciones para lograr mezclas desde 56 hasta 70 % de miel en base seca (Tabla 2).

Tabla 2: Propiedades de las harinas de Miel "B" elaboradas con diferentes sustratos fibrosos.
Sustrato Proporción de la mezcla (MS)

Peso específico

  Miel B:Sustrato

(g/cm3)

    Sustrato Mezcla
Cogollo de caña 68:32 0.14 0.48
Follaje de plátano 70:30 0.15 0.44
Follaje de Topinambur      
(Helianthus Tuberosa) 60:40 0.27 0.53
Follaje de batata      
(Ipomoea Batatas) 56:44 0.23 0.50
Follaje de yuca 67:33 - -
Azolla 64:36 0.19 0.51

 

Aparentemente la naturaleza de las fibras vegetales utilizadas manifestaron diferentes capacidades de impregnación de la miel. Como era de esperar, el peso específico de este nuevo alimento aumentó marcadamente al incorporarse la miel si se compara con los sustratos que le sirvieron de base. Esto contribuye a eliminar el problema de la voluminosidad y pulverulencia de las harinas de follaje.

Las mezclas de miel "B" con los diferentes sustratos se prepararon manualmente con facilidad. Así mismo, el secado ocurrió rápidamente (2 días de 8 h de sol), lográndose una buena textura en el nuevo alimento (harina de miel o Melharina). Dos factores deben haber influido para lograr el producto seco con altas proporciones de miel: en primer lugar, la dilución inicial de la miel hasta 60 % MS disminuye apreciablemente la viscocidad de la misma; en segundo lugar, la mezcla fresca contiene un alto porcentaje de materia seca (60-65 %) lo que facilita el proceso de secado.

La composición química de las harinas de miel se muestra en la Tabla 3. La concentración de proteína y fibra bruta están lógicamente determinadas por la concentración de estos elementos en el sustrato utilizado como base y por la proporción que se logre en la mezcla con la miel. Debe señalarse que el objetivo es lograr la mayor cantidad de miel en el alimento para no comprometer los niveles de inclusión de fibra en la dieta final al incorporar altas proporciones de follaje. No obstante, si el follaje utilizado contiene altos niveles de proteína como los follajes de tubérculos o leguminosas arbóreas, se contribuye a elevar la baja concentración de nitrógeno que contiene la miel y disminuye los costos de suplementación protéica.

Tabla 3: Composición química de las harinas de Miel B (%MS)
Sustrato MS N x 6.25 Cenizas EB Fibra
      (Mcal/kg) bruta  
Cogollo 90 3.5 7.6 3.76 11.3
Plátano 91 5.2 8.8 3.73 8.2
Topinambur 91 8.9 10.7 3.71 8.6
Batata 91 9.2 14.3 3.56 8.8
Yuca 87 8.3 11.9 - 5.5
Azolla 90 10.9 18.6 3.47 8.5

 

Se demostró la aceptabilidad de las harinas de miel "B" por el consumo de materia seca de las dietas experimentales suministradas a las aves (Tabla 4). Los animales mostraron, desde el primer momento que se ofrecieron las dietas, buena disposición hacia el consumo. No se detectaron suciedades en las plumas ni en las jaulas atribuibles al alto contenido de miel del nuevo alimento, debido a la naturaleza seca del mismo. Por otra parte, la mezcla de las diferentes harinas de miel con el resto de las materias primas no presento dificultades en su preparación y almacenaje.

Los valores de retención de materia seca (100 x [MS consumido-MS en las excretas]/MS consumido) estuvieron en el rango de 71 a 78% para las diferentes harinas y 66% para la harina de miel fabricada con follaje de cosecha de batata. La dieta básica que sirvió de testigo presentó una retención de materia seca de 73%. Las digestibilidades de nitrógeno fueron bajas ya que el aporte principal de este nutriente en las Melharinas lo constituye la fracción fibrosa que le sirve de base para secar la miel.

Los altos niveles encontrados para la retención aparente de materia seca de las harinas de miel B, son alentadores si se comparan con los obtenidos por Alvarez (1975) en dietas húmedas de miel final. Inclusiones de miel final desde 16 hasta 66% en la dieta, disminuyeron la retención de MS de 69 a 59%, tomando como referencia un testigo con 75% de retención. Rodríguez et al (1981) observaron similares resultados cuando la miel final se incorporó a niveles de 30% en la ración.

La energía metabolizable aparente, corregida para nitrógeno, o verdadera, de las diferentes harinas de miel "B" estuvieron en un rango de 2.5 a 2.9 Mcal/kg MS. Los valores mas bajos se registraron para la Melharina de follaje de batata, lo que está posiblemente relacionado con la baja proporción de miel "B" que asimila éste sustrato. En general, puede decirse que la concentración de energía metabolizable de las harinas de miel "B" analizadas, fueron superiores al valor estimado para la miel "B" (2.20 Mcal/kg) referido por Valdivie y Fraga (1988) y superiores al observado por Alvarez (1977) para la miel final. Esto sugiere que el papel que juegan los follajes no cumplió solamente el objetivo de deshidratar la miel sino que contribuyó en cierta medida al valor nutritivo de las harinas de miel.

Tabla 4: Aceptabilidad y valor nutritivo de Harinas de Miel "B"
Indicador

Harinas de Miel B

  Cogollo Plátano Topin Batata Azolla
Consumo          
(g/ave/día) 291±57 237±24 332±65 318±42 241±60
Retención de MS          
(%) 70.7±.6 70.5±.3 77.5±.8 66.4±.2 75.3±.7
Digestibilidad          
N (%) 48.7 39.7 42.6 13.2 32.0
EM(Mcal/kgMS)          
Aparente 2.79±.12 2.57±.11 2.92±.12 1.95±.08 2.52±.11
Corregida          
para N 2.84±.12 2.50±.10 2.79±.11 1.94±.08 2.47±.10
Verdadera 2.87±.12 2.55±.11 2.82±.12 1.97±.08 2.47±.10
Retención de energía          
(EM:EB) 0.76 0.67 0.75 0.55 0.70

 

La retención de energía (EM:EB) fue alta en todas las harinas (excepto batata). Los mayores valores (0.76) se obtuvieron cuando el cogollo de caña sirvió de base para la fabricación de la harina de miel "B". Estos valores se comparan favorablemente con los referidos por Longe y Tona (1988) para alimentos, utilizados en la avicultura, de mayor concentración energética: maíz (0.78), harina de yuca (0.76) y raíz de batata (0.78).

La máxima inclusión de las harinas de miel "B" para una sustitución total de los cereales en las dietas de aves, estará en el rango de 60-65 % de la ración en base seca. Por tanto, cuando la miel representa 70% en la mezcla seca con los follajes, éstos últimos quedarán a 20% de inclusión en la dieta final lo que pudiera ser el máximo permisible cuando las raciones están balanceadas. Un factor que puede contribuir a mejorar la concentración y balance energético es la incorporación de grasa a estas dietas.

El bajo consumo de alimentos que hacen las aves en comparación con otras especies de animales permite vincular a estos sistemas de alimentación una unidad de aves cuya capacidad sería de acuerdo al tamaño de las granjas y a las posibilidades de diferentes criadores (pequeños y medianos). Granjas con 10, 100 y 500 gallinas ponedoras, necesitarían diariamente alrededor de 0.6, 6 y 30 kg de la harina de miel. Cualesquiera de estos volúmenes se pueden manipular fácilmente con escasos recursos, sin consumir gran cantidad de tiempo o mano de obra. Otra ventaja es la posibilidad de almacenar este alimento cuando las condiciones climáticas no permitan el secado al sol.

Referencias

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AOAC (Association of Official Analytical Chemists) 1970 Official Methods of Analysis, 11th Ed. Washington DC, AOAC

Camps D y J Rodríguez 1985 Utilización de las mieles intermedias en dietas suplementadas con aceites y aditivos en pollos de engorde. Revista cubana de Ciencia Avícola 12:pp 177-188

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Pérez R y Preston T R 1970 Mieles ricas y finales para broilers Revista cubana de Ciencia Agrícola 4:pp 119-123

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Rodríguez J, S Valdes, G Madrazo, D Camps, Veloso M E y M Smith 1993 Metodología para la evaluación de materias primas no convencionales. Revista cubana de Ciencia Avícola 20:(en prensa)

Rosenberg M M 1953 A study of B-grade and refinery B-molasses in layer rations. Poultry Science 32:pp 605-609

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Valdivie M y L M Fraga 1988 Mieles, jugo de caña y sirope en la alimentación de las aves. EDICA, La Habana

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(Received 12 January 1994)